Con el trabajo, era casi diario el uso de mi cámara o del ordenador. Llegó el Estado de Alarma y todo se quebró, toda la agenda caía o se aplazaba . Creo que a todos mis compañeros de profesión le ha podido ocurrir, un desgaste psicológico importante , que en mi caso hizo que no quisiera ni abrir la mochila para coger la cámara.
Además de los eventos, caía en todo el país las procesiones de Semana Santa, una de mis pasiones (y que aporta un gran caudal de trabajo), por lo que la ilusión y las ganas decaían a límites importantes.
Dos meses sin cámara, sin ganas y sin expectativas. Pero ahora que ha llegado por fin el tiempo de la desescalada, entendiendo que la salud es lo primero y que era la única solución, ha llegado también el momento de pasear por mi Ciudad (con mascarilla y guardando toda distancia de seguridad). Málaga y sus calles hicieron tener la «nueva ilusión» de usar mi cámara. Y así, una vez más, mi Ciudad me devolvió la vida; con cada encuadre, con su azul del cielo que tanto me gusta y como no, su Catedral como epicentro de mi fotografía.
Desde que comencé en este mundo, Málaga por sí sola nunca había sido protagonista en mis fotos. Fotografiaba en Semana Santa, en sesiones pero nunca a la Ciudad por sí sola.
Gracias Málaga, porque siempre me has dado todas las alegrías y, siempre que pueda, nunca me separaré de esta tierra.
Aquí tenéis algunas fotos realizadas por sus calles del Centro Histórico:
Rafa N
¡Qué bonitas! 👏🏾👏🏾