María Jesús y Manuel se dieron el sí quiero hace 25 años y en el 2017 quisieron rememorar y celebrar que el amor sigue y las ganas no se pierden.
Por ello decidieron celebrar sus bodas de plata frente al mar, era una tarde de verano, al caer la tarde y todo fue perfecto. Nervios de Manuel al esperar a su mujer, la llegada de ella en barco, las palabras, los gestos etc, me demostraron que el amor no caduca, si no madura y mejora como el buen vino.
El lugar elegido fue la playa de La Viborilla, una cala con mucho encanto (y muy usada para numerosas sesiones). Con familia, con amigos y con muchas risas, viví una noche preciosa junto a esta gran pareja.
Siempre atentos, muy cariñosos, me hacéis muy fácil todo el trabajo. Gracias por vuestra confianza, aquí tenéis un breve resumen de sus bodas de plata.
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